En los últimos años, ha sido interés de algunas universidades el generar recursos para los programas que imparten los cuales puedan ser reutilizados en otros cursos y en distintas áreas. Tal es el caso en México de la Corporación de Universidades para el desarrollo de Internet (CUDI), cuyos trabajos y esfuerzos se encaminan a la creación de un repositorio nacional que sea capaz de conectarse con otros repositorios y fomentar el intercambio de recursos, además de trabajarlos bajo una misma línea de estándares y componentes.
Estos recursos reutilizables los han denominado Objetos de Aprendizaje (OA), la CUDI citada en Lozano y Burgos (2007), los ha definido como “una entidad informativa digital desarrollada para la generación de conocimiento, habilidades y actitudes, que tiene sentido en función de las necesidades del sujeto y que corresponde con una realidad concreta” (pp. 356-357). Por otro lado el Forum de la UNESCO citado en Sicilia (2007), establece para estos recursos, el término de recurso educativo abierto (por sus siglas en inglés OER), y el cual define como todo “material en formato digital que se ofrece de manera gratuita y abierta para educadores, estudiantes y autodidactas para su uso y re-uso en la enseñanza, el aprendizaje y la investigación” (p. 2). Mientras que Gértrudix (2007) utiliza el término contenido educativo digital, el cual aplica tanto a los modelos constructivos y abiertos, como a las herramientas para la creación de recursos educativos reutilizables y a los productos finales integrados a modelos de recombinación. En el marco de estas definiciones, la CUDI propone una serie de principios que deben cumplirse en el diseño de los OA los cuales encierran en sí tanto componentes pedagógicos como tecnológicos, por lo que para su diseño se requiere de expertos en contenidos y expertos en el área de la tecnología educativa, siempre que se considere como lo más importante es “tener presente el tipo de aprendizaje que se quiere generar, el posible usuario del mismo, contexto, representaciones, necesidades de aprendizaje y tipo de actividad que se va a realizar” (Ramírez citada en Lozano y Burgos, 2007, p. 364).
Sicilia (2007) nos sugiere compartir el diseño de los materiales, en el cual se refleja el conocimiento y la experiencia que los diseñadores invierten en su construcción, es decir, se habla de diseños del aprendizaje abiertos, los cuales hacen referencia a la compartición de técnicas utilizadas en el diseño instruccional, incluyendo las etapas de análisis, diseño, desarrollo, uso, evaluación del mismo y los metadatos que son según Sicilia (2007) “las descripciones asociadas a esos materiales que permiten facilitar la búsqueda mediante herramientas especializadas” (p. 7).
Ante este marco de posibilidades para la compartición de recursos educativos, independientemente del nombre que las organizaciones les den, se han desarrollado algunas iniciativas y proyectos con la intención de estandarizar tanto el diseño de los elementos como la compartición de éstos dentro de repositorios comunes. Algunas de las más destacadas han sido las propuestas de: Dublin Core (2000) por hacer la búsqueda y recuperación de materiales a través del internet más rápida y eficiente; IMS quien cuenta con la publicación de importantes especificaciones algunas de ellas para la descripción de OA y algunas que definen parte de la infraestructura administrativa y que además trabaja también en el desarrollo de herramientas de validación de los estándares; ADL quien crea contenido reutilizable a bajo costo con herramientas basadas en objetos y desarrolla la próxima generación de tecnologías de aprendizaje; y LOM, estándar que especifica la sintaxis y la semántica de los metadatos de objetos.
Para finalizar, no pueden dejarse fuera en este abanico de posibilidades la forma en que se evalúa el aprendizaje a través del uso de los recursos tecnológicos. Para este propósito se han diseñado variedad de prácticas las cuales presentan virtudes y dificultades, de ellas, las de mayor aplicación en la educación a distancia y en relación a la utilización de objetos de aprendizaje, serían: la aplicación de exámenes en forma virtual, el cual asegura la flexibilidad para los alumnos y el proceso de colección de datos y procesos de calificación de exámenes se puede hacer de manera automática; la asignación de trabajos que favorecen el énfasis en las actividades de aprendizaje que los alumnos deben realizar, el éxito de estas depende de la creatividad del profesor y se puede utilizar el aprendizaje orientado a proyectos y el estudio de casos; la evaluación del desempeño en foros asincrónicos de comunicación, reconociendo la interacción como un aspecto clave en el proceso de construcción de conocimiento; y los procesos de autoevaluación y coevaluación los cuales implica ganancias cognitivas y afectivas, e incrementan la motivación intrínseca.
De esta manera podemos concluir que el papel del docente como mediador entre estos objetos de aprendizaje puede tener diferentes niveles, según lo propuesto por Moreno citado en Lozano y Burgos (2007) y sigue siendo elemento clave y vía entre el OA y quien aprende, además de su importante participación en la modificación del objeto, así como la orientación que ofrece en la transferencia de información que construye aprendizaje. Todo ello le lleva al docente la responsabilidad de mantenerse capacitado en torno a las necesidades de la nueva sociedad del conocimiento, lo cual le permita seguir siendo en palabras de Moreno citado en Lozano y Burgos (2007) “diseñador e impulsor de ambientes adecuados para aprender” (p. 364).
¿A QUÉ SE REFIEREN LOS RECURSOS EDUCATIVOS ABIERTOS?
Los recursos educativos abiertos, son algo más integral a diferencia de un objeto de aprendizaje que es mu preciso y diseñado específicamente a un curso (Cyranek, 2007). Un recurso que se relaciona con la enseñanza-aprendizaje y la investigación que facilitan el trabajo a los alumnos, docentes y se pueden reutilizar.
¿COMO SE EVALUA EL APRENDIZAJE EN LA EDUCACIÓN
ON RECURSOS TECNOLÓGICOS?
ON RECURSOS TECNOLÓGICOS?
Evaluar el aprendizaje, es a través de conductas observables, y éstas solo se pueden observar cuando la persona está cara a cara. (Valenzuela, citado en Lozano 2007). Para la educación a distancia, se han considerado prácticas en función de la desconfianza que ésta modalidad educativa implica.
Sugiere 7 prácticas de evaluación del aprendizaje en la educación a distancia:
1.- La práctica de aplicar exámenes en forma presencial.- El hecho de que todos los alumnos sean medidos con una misma escala y evaluados con procedimientos estandarizados, ayuda a que la evaluación sea percibida como más justa y apropiada. (Valenzuela, citado en Lozano 2007). La idea de un examen presencial, no checa con la flexibilidad de la educación a distancia. (Valenzuela, 2003). Es posible hacer una medición con ayuda de plataformas tecnológicas que faciliten la recolección de datos.
2.- La práctica de aplicar exámenes en forma virtual.- Se asegura el no desplazamiento al centro evaluador, evaluación con límite de tiempo con instrumentos distintos evitando deshonestidad académica. El proceso para juzgar la calidad de los sistemas de evaluación se llama metaevaluación.
3.- La práctica de asignar trabajos.- Se realice con técnicas como Aprendizaje orientado a proyectos con creatividad para los alumnos, o Estudio de casos, que promueven el auto-aprendizaje.
4.- La práctica de evaluar el desempeño en foros asincrónicos.- Se refiere a los procesos de interacción, con el índice de frecuencias de participación y el índice de la calidad de las participaciones. Hay infinidad de variantes en los foros de participación asincrónica, pero se logra la interacción que es un factor clave en la construcción del conocimiento.
5.- La práctica de evaluar el desempeño a través de medios sincrónicos de comunicación.- La comunicación sincrónica permite hacer más eficientes los procesos de interacción, con las videoconferencias, se obtiene mayor credibilidad.
6.- La práctica de dejar que los alumnos se coevalúen. La autoevaluación puede ser, cuantitativa, cualitativa, anónima, confidencial o pública, obligatoria u optativa, debe hacerse mediante la activación de procesos meta-cognitivos (reflexión) y autorregulatorios (evaluación efectividad y eficiencia). La tecnología ayuda proporcionando plataformas con fines de autoevaluación.
7.- La práctica de dejar que los alumnos se coevalúen. Se utiliza en términos del trabajo colaborativo, o de trabajos desarrollados por otros. Implica ganancias cognitivas y afectivas para los alumnos, el proceso de relación multiplicativa, se complementa con la evaluación del profesor.
Para que un curso se evalúe, el profesor debe tener presente dos propósitos: a) Facilitar el logro de los objetivos con la corrección de las deficiencias y b) asegurar el proceso formal de acreditación. Además de su congruencia con la normatividad, de la institución, los alumnos y profesor deberán saber la forma de evaluar el curso, promoviendo una motivación intrínseca con el fin de que los alumnos vean en las calificaciones la consecuencia de su aprendizaje.
Referencias
Gértrudix Barrio, M., Álvarez García, S., Galisteo del Valle, A., Gálvez de la Cuesta, M. C. y Gértrudix Barrio, F. (2007). Acciones de diseño y desarrollo de objetos educativos digitales: programas institucionales. Revista de Universidad y Sociedad del conocimiento, 4, 1, 14-25.
Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/780/78040107.pdf
Lozano Rodríguez, A. & Burgos Aguilar, J. V. (2007) (Comp). Tecnología educativa: en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. Distrito Federal, México: Limusa.
Silicia, M.A. (2007). Más allá de los contenidos: compartiendo el diseño de los recursos educativos abiertos. Revista de Universidad y Sociedad del conocimiento, 4, 1, 26-35.
Disponible en: http://www.uoc.edu/rusc/4/1/dt/esp/sicilia.pdf
Núñez Molina.(2010).Recursos Educativos Abiertos y el futuro de la Universidad. Recuperado el 28 de Abril de 2010 http://www.slideshare.net/nunez/recursos-educativos-abiertos-presentation
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