viernes, 10 de abril de 2020

Los peligros de las redes sociales y el internet.




“Pornografía al alcance de cualquiera”.

            Una de las responsabilidades que como docentes tenemos es conocer el mundo en el cuál se desenvuelven nuestros alumnos, qué escuchan, qué leen, en general, cuáles son los contenidos con los que diariamente están en contacto a través dispositivos móviles, cuál es el uso que le dan a las redes sociales, así como los programas de televisión en los que ocupan parte de su tiempo libre.

En la actualidad, muchos padres de familia y docentes ignoran la información a la que los menores de edad se enfrentan día con día. Se ha optado por dotarles de teléfonos celulares y tablets que proveen un entretenimiento temporal para evitar la convivencia real. Si observamos a nuestro alrededor es muy frecuente observar a familias enteras en un restaurante, en el supermercado, en las tiendas departamentales, incluso en cines y parques conectados a la red, como si de ello dependiera nuestra vida. 

Los dispositivos móviles ofrecen ventajas nunca antes vistas, obtención de información de forma inmediata, comunicación sincrónica y asincrónica, formas diversas de relacionarse con desconocidos y el acceso sin restricción a la pornografía.

Como adulto, ¿qué debo saber sobre este tema?, ¿Cómo puedo y debo orientar a los más jóvenes?, en los años ochenta, principios de los noventa, en las escuelas sucedía que, el más osado de los alumnos se atrevía a llevar a escondidas una de las revistas más populares de la época, “Playboy”, los jóvenes se reunían cuidando no ser descubiertos y cuando esto sucedía las consecuencias eran graves, desde ser expulsados de la institución como la visita obligada de los padres a la Dirección de la Escuela para “tratar asuntos relacionados con la conducta de sus hijos”, la vergüenza no era menor, ya que muchos consideraban esto como un hecho “inmoral”. Sin embargo no iba más allá de observar imágenes de jóvenes esculturales e imaginar que algún día estarían con ellas o ellos.

Debo admitir que como persona nunca he sentido curiosidad por visitar un sitio pornográfico, pero como docente sí. Muchas veces me he preguntado: ¿A qué se exponen mis alumnos?, ¿cuál es la forma en la que se relacionan con este tipo de información?, ¿realmente los sitios están protegidos?, las respuestas no son tan alentadoras. Navegando por la red me di cuenta de lo fácil que es ingresar a este tipo de páginas, basta colocar en el navegador la letra “X” para que aparezcan infinidad de sitios con contenido sexual explícito. La gran mayoría de ellos sin restricciones de edad. Es posible encontrar cualquier tipo de contenido que por demás está decir, es grotesco.
Las restricciones simplemente no existen.

Tuve a bien ir de una página a otra y, en todos los casos el común denominador fue la facilidad de ingreso desde un teléfono celular, una tableta o una computadora. En muchas ocasiones con la amenaza de que tu cámara será activada vía remota, tus contraseñas serán robadas así como lo que tengas guardado en el dispositivo de donde te conectes, pero, ¿cuántos de nuestros alumnos, hijos, sobrinos, etc. conocen esta información?, ¿los adultos la conocemos?; es de vital importancia dar a conocer los riesgos que conllevan este tipo de actividades.

Con el inicio de la pandemia por el COVID-19 una de las noticias que dio la vuelta al mundo fue que conocido sitio web de pornografía había abierto sus “Videos Premium” para como ellos lo denominaron “Porno para absolutamente todos”.  Corey Price vicepresidente de la compañía declaró que habría millones de personas en sus casas y era una forma de incentivar a que la gente tuviera una forma más agradable de pasar el tiempo. Lo que me parece que no se consideró es que también habría millones de niños expuestos a este tipo de contenido. Recientemente observé una publicación en Twitter en donde una usuaria de esta red social, denunciaba haber sido violada cuando era bebé y que el video  de cuando la estaban violentando circulaba en uno de estos sitios. No solo sufrió el daño físico y emocional que conlleva un acto cobarde como estos, es revictimizada nuevamente al ser expuesta a nivel mundial a través de la red.

Es imposible no pensar que en muchos de los casos hay evidencia de la cantidad de ilícitos que se cometen, es triste darse cuenta del contenido que denigra la dignidad humana, preocupante ver las clasificaciones de este tipo de página: “profesores”, “colegialas”, “adolescentes”, “madres”, “embarazadas”, “masturbación”, entre otra gran cantidad de temas. ¿cuántos casos en el mundo documentados donde jóvenes aparecen en este tipo de sitios son marcados para toda su vida?, con la red disponible para todos es muy fácil acceder a contenidos que pueden causar grandes problemas no solo a nuestros pequeños, sino a las familias enteras.

Es cierto, todos tenemos derecho a la intimidad, pero también debemos estar atentos a lo que sucede en el mundo del internet. Desde una perspectiva docente, navegar para conocer y analizar lo que sucede en estos sitios nos puede ayudar a que nuestros estudiantes se expongan a situaciones que los pongan en peligro. Actualmente existen muchos recursos en línea que nos permiten aprender y que bien aprovechados nos permiterán transitar hacia las sociedades del conocimiento.

Existen varias opciones que nos permiten estar al tanto de nuestros pequeños, y quiero mencionar que no debemos confundir su privacidad con evadir la responsabilidad que tenemos sobre ellos, en muchos casos será necesario restringir sitios que se consideren inadecuados o riesgosos.
Google brinda algunas herramientas de Control Parental como “Family Link” la cuál permite administrar las cuentas de tus hijos, controlar qué aplicaciones usan, el tiempo de pantalla, definir una hora de apagado de los equipos que utilizan, etc.
Es importante enseñarlos a bloquear personas desconocidas  así como deberán evitar proporcionar datos personales y compartirlos en la red, denunciar contenidos inapropiados y estar pendiente de su historial de navegación ya que para protegerlos; ningún acto de prevención está de más.

¿Es esto una invitación para dejar de navegar en la red?, No, en absoluto.  Más bien es una invitación para ser más responsables en cuanto al contenido al que accedemos y consumimos.

Aleyda G. G. Gatell.  -Doctoranda-
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Correo Electrónico: aleyda.gatell@hotmail.com