jueves, 15 de octubre de 2015

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miércoles, 7 de octubre de 2015

Aprender a pensar, desde la visión de Martin Heidegger.


                  La educación en nuestro país necesita verdaderas transformaciones, más allá de propuestas propagandísticas de izquierda o de derecha, que al fin y al cabo en México es lo mismo, la formación que nuestros hijos y alumnos exigen, en este cambio de época, debe encaminarse hacia el desarrollo del potencial humano a partir del raciocinio más allá de la técnica.
En los últimos años hemos escuchado, en el ámbito educativo, la necesidad de que los niños y jóvenes aprendan a pensar, pero ¿Qué es pensar? Podemos intentar responder esta pregunta desde una visión filosófica y encaminar las primeras aproximaciones para construir nuevas formas de educar que lleven a desarrollar en el ser humano su plena libertad intelectual.

             El presente texto no tiene la intención de dar una cátedra de filosofía. Más bien, es una invitación parexplorar caminos del saber, que parecieran pertenecer a ciertas élites intelectuales, pero es necesario retomarlas desde las bases y proponer, desde las aulas de educación básica, alternativas en nuestra incipiente educación del pensamiento.  

Hablaremos en esta ocasión de Martin Heidegger, filósofo alemán considerado uno de los más grandes pensadores del siglo XX. Adentrarnos a su lectura, es una aventura desafiante para el intelecto. Su libro ¿Qué significa pensar? recoge el texto del primer curso en la Universidad de Friburgo que el filósofo Alemán diera tras su cese forzado al término de la Segunda Guerra Mundial. En su obra advierte primeramente que “La ciencia no piensa”. Aunque puede sonar escandalosa esa frase, es sólo en el momento en que nos adentramos al texto cuando entendemos lo que el autor quiere decir. En ningún momento intenta devaluar la ciencia o la filosofía. Sólo afirma que lo que más merece pensarse en nuestro tiempo problemático “es el hecho de que no pensamos”. Aquí cabe la pregunta ¿Estamos haciendo a nuestros alumnos pensar bajo los esquemas de la ciencia? Si es así, bajo las premisas de Heidegger, nuestros alumnos no están pensando, porque la ciencia simplemente no piensa.

             Si algo hay que reconocer en Heidegger es su rescate del asunto del pensar que había quedado en el olvido gracias al imperio de la ciencia y de la filosofía. Aquí reconocemos la primera aproximación entre el “pensar” y la diferencia de gran importancia que hace el autor, entre ser y ente. El autor construye una jerga que desafía la paradoja, preguntándose constantemente ¿Cómo aproximarse al Ser sin convertirlo en un Ente? Y es que en el momento que preguntamos por cualquier cosa, preguntamos por algo que Es, es decir por un Ente. El texto Tiempo y Ser del mismo autor nos proporciona información para tratar de entender esta distinción. Utilizando su propio lenguaje, Heidegger identifica por un lado las cosas, propiamente dichas, los Entes, a lo que el autor menciona conformes a la filosofía y la ciencia. Por otro lado, están los asuntos, las cuestiones, como el ser y el tiempo, aquellas que propiamente ocupan el pensar.  A lo largo del libro ¿Qué significa pensar? Heidegger aborda también el ocultamiento del Ser dado en la historia de la metafísica occidental, que ha adoptado un conocimiento “representativo” y plano, cuya principal consecuencia es la dilatación de la técnica en el mundo. La invitación del autor está en pensar verdaderamente, pero primero es necesario aprender a pensar.
                 
            En el planteamiento, “lo que más da que pensar, lo gravísimo, es esto: que todavía no pensamos” Heidegger se refiere a que alcanzamos al pensar cuando nosotros mismos pensamos y eso sólo sucede cuando estamos dispuestos a aprender a pensar. Pero ¿Qué es aprender? El autor dice: “El hombre aprende en la medida en que ajusta su obrar y no obrar a lo que se le atribuye como esencial en cada caso Por lo que podemos decir, que el pensar lo aprendemos atendiendo a lo que hay que meditar y eso sólo sucede cuando nos aproximamos a ello y por su parte aquello se propaga a nosotros. En las escuelas de educación básica las preguntas que hacemos ya tienen una repuesta dada, ya sea analizada desde la ciencia o por la filosofía. No nos dan ¿Qué pensar? Nos dan lo ya pensado, si el maestro sabe la respuesta, entonces no es una pregunta verdadera que invite a pensar. Heiddeger insiste en que pensar debería llevarnos a cuestionar por aquello que aún no tiene respuesta, aproximarnos a eso que no se conoce, que incluso puede ser peligroso y a lo que el hombre teme.
Tenemos claro que para Heidegger pensar no tiene que ver con la ciencia, entendida esta como las causas y los efectos de los fenómenos, con la descripción de los entes, de las cosas, sino que supone una cierta oscilación que se esfuerza en captar el serHeidegger  termina su obra ¿Qué significa pensar? Con una afirmación: “El pensar mismo es un camino. Solamente correspondemos a este camino en cuanto nosotros nos mantenemos en camino” Con lo anterior el autor da en el clavo de lo que quiere deciren su obra, la respuesta ¿Qué significa pensar? Es ella misma: la pregunta, el acontecer.
Es difícil comprender el pensamiento de Heidegger, por dos cuestiones, primero por las múltiples interpretaciones de su lenguaje y segundo, por su coqueteo intelectual con el nazismo, que si observamos detalladamente su obra, se acerca a una ruptura radical con el pasado, que puede traducirse en un fascismo o totalitarismo si no es bien entendido.Pero más allá de esto, si algo se le debe reconocer a Heidegger es su esfuerzo por denunciar el olvido del Ser y su valentía para transformar la filosofía y encontrar el sendero perdido que la invite a emerger de la infecunda especulación del pensamiento occidental, donde sólo se construye lo ya pensado
Aventurarnos desde las aulas a dar qué pensar, bajo esta visión filosófica, los alumnos, los maestros, los padres, la sociedad en general posiblemente rompacon lo ya establecido. A los docentes nos debe quedar claro que construir conocimiento (ya existente) es lo mismo que reproducir conocimiento (ya existente) y por eso quizá no avanzamos. El cambio de época nos exige pensar diferente, pero si queremos una sociedad diferente, una ciudadanía que construya lo que aún no se construye, debemos tomar el riesgo de pensar primero por nosotros mismos. Nunca dejar de preguntar si ¿pensamos o todavía no?

Autor: Profesor Jesús Maya 
Twitter @JMMAYA