“Pornografía al
alcance de cualquiera”.
Una de las responsabilidades que como docentes tenemos es conocer el mundo
en el cuál se desenvuelven nuestros alumnos, qué escuchan, qué leen, en
general, cuáles son los contenidos con los que diariamente están en contacto a
través dispositivos móviles, cuál es el uso que le dan a las redes sociales, así
como los programas de televisión en los que ocupan parte de su tiempo libre.
En
la actualidad, muchos padres de familia y docentes ignoran la información a la
que los menores de edad se enfrentan día con día. Se ha optado por dotarles de
teléfonos celulares y tablets que proveen un entretenimiento temporal para
evitar la convivencia real. Si observamos a nuestro alrededor es muy frecuente
observar a familias enteras en un restaurante, en el supermercado, en las
tiendas departamentales, incluso en cines y parques conectados a la red, como
si de ello dependiera nuestra vida.
Los
dispositivos móviles ofrecen ventajas nunca antes vistas, obtención de
información de forma inmediata, comunicación sincrónica y asincrónica, formas
diversas de relacionarse con desconocidos y el acceso sin restricción a la
pornografía.
Como
adulto, ¿qué debo saber sobre este tema?, ¿Cómo puedo y debo orientar a los más
jóvenes?, en los años ochenta, principios de los noventa, en las escuelas
sucedía que, el más osado de los alumnos se atrevía a llevar a escondidas una
de las revistas más populares de la época, “Playboy”, los jóvenes se reunían
cuidando no ser descubiertos y cuando esto sucedía las consecuencias eran
graves, desde ser expulsados de la institución como la visita obligada de los
padres a la Dirección de la Escuela para “tratar asuntos relacionados con la
conducta de sus hijos”, la vergüenza no era menor, ya que muchos consideraban
esto como un hecho “inmoral”. Sin embargo no iba más allá de observar imágenes
de jóvenes esculturales e imaginar que algún día estarían con ellas o ellos.
Debo
admitir que como persona nunca he sentido curiosidad por visitar un sitio
pornográfico, pero como docente sí. Muchas veces me he preguntado: ¿A qué se exponen
mis alumnos?, ¿cuál es la forma en la que se relacionan con este tipo de
información?, ¿realmente los sitios están protegidos?, las respuestas no son
tan alentadoras. Navegando por la red me di cuenta de lo fácil que es ingresar
a este tipo de páginas, basta colocar en el navegador la letra “X” para que
aparezcan infinidad de sitios con contenido sexual explícito. La gran mayoría
de ellos sin restricciones de edad. Es posible encontrar cualquier tipo de
contenido que por demás está decir, es grotesco.
Las restricciones simplemente
no existen.
Tuve
a bien ir de una página a otra y, en todos los casos el común denominador fue
la facilidad de ingreso desde un teléfono celular, una tableta o una
computadora. En muchas ocasiones con la amenaza de que tu cámara será activada
vía remota, tus contraseñas serán robadas así como lo que tengas guardado en el
dispositivo de donde te conectes, pero, ¿cuántos de nuestros alumnos, hijos,
sobrinos, etc. conocen esta información?, ¿los adultos la conocemos?; es de
vital importancia dar a conocer los riesgos que conllevan este tipo de
actividades.
Con
el inicio de la pandemia por el COVID-19 una de las noticias que dio la vuelta
al mundo fue que conocido sitio web de pornografía había abierto sus “Videos Premium”
para como ellos lo denominaron “Porno para absolutamente todos”. Corey Price vicepresidente de la compañía declaró
que habría millones de personas en sus casas y era una forma de incentivar a
que la gente tuviera una forma más agradable de pasar el tiempo. Lo que me
parece que no se consideró es que también habría millones de niños expuestos a
este tipo de contenido. Recientemente observé una publicación en Twitter en
donde una usuaria de esta red social, denunciaba haber sido violada cuando era
bebé y que el video de cuando la estaban
violentando circulaba en uno de estos sitios. No solo sufrió el daño físico y emocional
que conlleva un acto cobarde como estos, es revictimizada nuevamente al ser
expuesta a nivel mundial a través de la red.
Es
imposible no pensar que en muchos de los casos hay evidencia de la cantidad de
ilícitos que se cometen, es triste darse cuenta del contenido que denigra la
dignidad humana, preocupante ver las clasificaciones de este tipo de página:
“profesores”, “colegialas”, “adolescentes”, “madres”, “embarazadas”, “masturbación”,
entre otra gran cantidad de temas. ¿cuántos casos en el mundo documentados
donde jóvenes aparecen en este tipo de sitios son marcados para toda su vida?,
con la red disponible para todos es muy fácil acceder a contenidos que pueden causar
grandes problemas no solo a nuestros pequeños, sino a las familias enteras.
Es
cierto, todos tenemos derecho a la intimidad, pero también debemos estar atentos
a lo que sucede en el mundo del internet. Desde una perspectiva docente, navegar
para conocer y analizar lo que sucede en estos sitios nos puede ayudar a que
nuestros estudiantes se expongan a situaciones que los pongan en peligro. Actualmente
existen muchos recursos en línea que nos permiten aprender y que bien
aprovechados nos permiterán transitar hacia las sociedades del conocimiento.
Existen
varias opciones que nos permiten estar al tanto de nuestros pequeños, y quiero mencionar
que no debemos confundir su privacidad con evadir la responsabilidad que
tenemos sobre ellos, en muchos casos será necesario restringir sitios que se consideren
inadecuados o riesgosos.
Google brinda algunas
herramientas de Control Parental como “Family Link” la cuál permite administrar
las cuentas de tus hijos, controlar qué aplicaciones usan, el tiempo de pantalla, definir una
hora de apagado de los equipos que utilizan, etc.
Es importante enseñarlos
a bloquear personas desconocidas así como
deberán evitar proporcionar datos personales y compartirlos en la red,
denunciar contenidos inapropiados y estar pendiente de su historial de navegación
ya que para protegerlos; ningún acto de prevención está de más.
¿Es esto una
invitación para dejar de navegar en la red?, No, en absoluto. Más bien es una invitación para ser más
responsables en cuanto al contenido al que accedemos y consumimos.
Aleyda G. G. Gatell. -Doctoranda-
Correo Electrónico:
aleyda.gatell@hotmail.com